Ha aparecido un servicio de microvacunación que no permite alcanzar nada importante (ni siquiera frente a los objetivos específicos del citado instrumento).
Por Orlando Vignolo. 26 marzo, 2021.El plan nacional de vacunación anticovid viene siendo usado como arma arrojadiza para descartar la iniciativa privada en gestión de las respectivas vacunas. Leo no pocas posturas que, sin entender el alcance de esta actividad administrativa, tratan de eliminar el esfuerzo empresarial o asociativo en pos de que esta planificación “no se vea afectada”. Esto, además de desconocer las nociones sobre esta categoría (por recordar sólo una, W. Hoppe la definía como “la configuración preventiva de la colectividad”), presenta un arsenal de afirmaciones seudojurídicas que merecen comentarios puntuales.
Aquí, algunas consideraciones: (i) la planificación es una forma de proyectar actividades futuras, que debe tener a la libertad como protagonista central, caso contrario violaría nuestra Constitución; (ii) la planificación administrativa jamás implica la exclusión de iniciativas vacunatorias, basada en la subsidiariedad horizontal tiene que conjuntar obligatoriamente la privada y pública; (iii) la solidaridad social y la protección del interés público sanitario no pertenecen en exclusiva al Gobierno o al Ministerio de Salud, son también responsabilidad de los ciudadanos peruanos; (iv) los criterios de priorización, fases y el orden de la vacunación sólo existen desde que los bienes sanitarios están en suelo nacional, antes son reglas de la pura expectativa.
Hasta ahora, lo que viene demostrando la postura criticada es la colocación del mentado plan como una barrera para contener indefinidamente la colaboración privada; pero, en sentido contrario, ha aparecido un servicio de micro vacunación que no permite alcanzar nada importante (ni siquiera frente a los objetivos específicos del citado instrumento). Entonces, algo está mal en esta ecuación de mitología planificadora pública.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.